En algún
momento de nuestra vida podemos llegar a preocuparnos por el hecho de llegar a
sufrir cualquier enfermedad, un factor de riesgo del que difícilmente podemos
escapar es el estrés. De hecho, este suele ser uno de los causantes de algunas
patologías dermatológicas entre las cuales se encuentra por ejemplo la
Psoriasis.
La
Psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica principalmente cutánea con
afectación sistemática y que en muchos casos está asociada a una predisposición
poligenética. De igual forma se pueden ver involucrados varios factores que la
desencadenen como pueden ser las infecciones bacterianas, traumatismos,
fármacos, el alcoholismo y al que se hizo referencia en un principio, el
estrés.
Los
tipos de Psoriasis son cuatro: Psoriasis en placas, Psoriasis en las palmas y
las plantas, Psoriasis eritrodermica y Psoriasis pustulosa. Es importante saber
identificar cada una de ellas, pero para tener una idea de las señales de
alarma en general suelen ser: la aparición de placas eritematosas cubiertas por
escamas bancas que se desprenden con facilidad al rascarse, que principalmente
aparecen en cuero cabelludo, codos, rodillas, región lumbar y que pueden
afectar también la cara.